La anticoncepción ha demostrado su eficacia en la disminución de la mortalidad materna, dado
que previene los embarazos de alto riesgo, especialmente en mujeres de alta paridad y
aquellas cuyo embarazo terminó en aborto inseguro.
El uso de métodos anticonceptivos modernos permite el ejercicio satisfactorio y seguro de la
sexualidad tanto de mujeres como de hombres. Las mujeres pueden postergar o evitar un
embarazo cuando así lo deseen, ejerciendo su derecho fundamental a la autonomía
reproductiva.
La doble protección consiste en el uso simultáneo del preservativo o condón (masculino o
femenino) y un método anticonceptivo de alta eficacia para prevenir al mismo tiempo el
embarazo y las infecciones de transmisión sexual.